Impostora Soler nació en Málaga en enero de 2025 y, aunque es una baby queen, ya está dando mucho de qué hablar. A pesar de su corta trayectoria, ha conseguido destacar en espacios clave de la escena drag actual. Ha actuado en la Potra Party, donde dejó claro que el descaro y el carisma no se miden por la experiencia. También fue la ganadora del Poous de Kipfer and Lover en la categoría IA, demostrando que su propuesta, aunque joven, tiene fuerza, identidad y un punto de locura que engancha.
Junto a una compañera, impulsa el cineclub Cuirvesti, un espacio dedicado al cine cuir, raro, divertido y lleno de referentes que escapan de lo normativo. Allí comparte su amor por las pelis de culto, lo kitsch, lo marica y lo que no entra en los márgenes del cine “serio”, todo siempre desde una mirada crítica y con mucho humor.
Impostora Soler es una figura que rompe con las etiquetas. Su estética mezcla la cultura pop de los 90 con una energía de malota de barrio que no pide permiso. Luce barba con orgullo, lleva plataformas imposibles, chándales brillantes o vestidazos imposibles, y siempre con ese toque de ironía que la hace única. Ella misma dice que sus habilidades están “medio bien”, pero su presencia escénica es rotunda, descarada y muy divertida.
No es solo una drag queen, es un personaje que nace del desamor, del caos y de la necesidad de contar historias. Una mezcla de drama, fiesta, crítica social y cariño por lo cutre y lo brillante. Impostora Soler no busca encajar ni ser perfecta. Ella viene a desbordarse, a reírse de todo (empezando por ella misma) y a dejar claro que el arte drag también puede ser una mezcla de contradicciones, nostalgia, cine raro y mucho, mucho morro.
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